Es un trastorno de conducta caracterizado por explosiones intermitentes y desproporcionadas de ira y agresividad, en ocasiones sin razón aparente.
Este trastorno puede ocasionar serios problemas en todos los ámbitos: familiar, escolar, laboral, social e, incluso, legal.
Síntomas
Los ataques de ira suelen durar unos 30 minutos y se producen sin razón aparente y sin previo aviso. Pueden aparecer de manera frecuente o pueden estar más separados en el tiempo.
En estos brotes el paciente puede experimentar:
- Ira e irritabilidad
- Tensión elevada
- Hormigueo y temblores
- Taquicardias
- Opresión en el pecho
El paciente reacciona de manera desproporcionada y puede llevar a cabo las siguientes conductas:
- Berrinches y discusiones llenas de ira
- Gritos
- Empujones, puñetazos, bofetadas, etc.
- Peleas
- Romper objetos
- Amenazas o agresiones a personas o animales
Después de estos brotes el paciente puede sentirse calmado y cansado. Más tarde, suele sentirse arrepentido y avergonzado.
Causas
Aparece a partir de los 6 años o en la adolescencia. Los factores de riesgo que pueden estar implicados en su aparición son:
- Comportamiento aprendido: haber aprendido este tipo de comportamiento de los adultos de referencia a una edad temprana como, por ejemplo, haberse criado en una casa donde los progenitores se comportaban así. También haber sufrido abusos verbales o físicos o malos tratos durante la infancia.
- Genética: existen estudios que han concluido que existe un gen que puede ser responsable de las reacciones exageradas de ira y agresividad. Este gen se puede transmitir de padres a hijos.
- Es posible que existan diferencias en la estructura y el funcionamiento del cerebro de las personas que padecen este trastorno en comparación con las personas que no lo padecen.
- Otro factor de riesgo importante es padecer otro trastorno como el trastorno antisocial o el trastorno límite de la personalidad.
Complicaciones
Este trastorno puede conllevar complicaciones graves en multitud de ámbitos:
- Problemas en las relaciones familiares y de pareja: debido a las peleas habituales y al maltrato tanto físico como verbal que se generan durante los ataques de ira. Como resultado puede haber consecuencias como divorcio o legales por denuncias por malos tratos.
- Problemas en el trabajo o en la escuela: es habitual que las personas que padecen el TEI sean despedidos o expulsados de la escuela debido a su comportamiento, pudiendo acarrear también problemas legales.
- Pueden aparecer otras enfermedades derivadas del trastorno como depresión o trastornos de ansiedad.
- También puede repercutir en la salud física, aumentando la probabilidad de sufrir, problemas cardiovascular, hipertensión arterial, ictus, diabetes, etc.
- En ocasiones pueden tener conductas autolesivas o intentos de suicidio.
Tratamiento
El tratamiento consiste en psicoterapia y medicamentos para ayudar a controlar las reacciones y los impulsos.
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