El Alzheimer es un tipo de demencia que, en un primer momento afecta a la memoria, y según va avanzando la enfermedad, produce cambios en la personalidad y en la conducta, así como la incapacidad para realizar tareas sencillas y cotidianas.
Causas
Esta demencia se debe a ciertos cambios que se producen en el cerebro. Estos cambios comienzan muchos años antes de que se manifiesten los primeros síntomas.
A la izquierda se muestra un cerebro normal y a la derecha un cerebro de una persona con Alzheimer
La enfermedad se debe a una acumulación de unas determinadas estructuras en el cerebro que impiden que las neuronas obtengan la energía necesaria para vivir y llevar a cabo sus funciones, lo que las lleva finalmente a la muerte. Estos daños son irreversibles.
Estas estructuras que se acumulan en el cerebro son las siguientes:
- Placas de una proteína llamada beta-amiloide, que se acumulan en los espacios interneuronales.
- Ovillos neurofibrilares: que son unas fibras retorcidas compuestas por la proteína tau. Estos se acumulan dentro de las células.
Factores de riesgo
Podemos clasificar los factores de riesgo en modificables y no modificables.
Factores de riesgo no modificables:
- El principal es la edad. Suele aparecer en personas mayores de 65 años. Aunque las personas mayores suelen sufrir cierto deterioro cognitivo, el Alzheimer no es una característica del envejecimiento normal.
- La genética. Aunque no es un factor determinante para sufrir la enfermedad sí que aumenta la probabilidad.
Los factores de riesgo modificables están relacionados con el estilo de vida:
- Salud cardiovascular: hipertensión arterial, diabetes, colesterol LDL elevado, obesidad y tabaquismo.
- Sedentarismo
- Dieta poco saludable
- Baja actividad cognitiva y social
Síntomas
El primer síntoma que se manifiesta es la pérdida de memoria, más concretamente la dificultad para recordar la información recién aprendida. Por ejemplo, un síntoma muy característico es repetir la misma pregunta constantemente debido a que no recuerdan haberla realizado.
Otros síntomas que se agravan a medida que va avanzando la enfermedad son:
- Desorientación
- Cambios de humor, de personalidad y de conducta. Pueden ser agresivos.
- Confusiones relacionadas con eventos, horas, lugares, etc.
- Sospechas infundadas sobre personas conocidas como familiares, amigos o cuidadores. Ya que llegan a no reconocer a estas personas, ni siquiera a los familiares más cercanos.
- En las fases más avanzadas incapacidad para hablar, tragar o caminar.
La supervivencia de las personas con Alzheimer puede oscilar entre 4 y 20 años, dependiendo de la edad y el estado de salud en general. Aunque cuando los síntomas son evidentes la expectativa de vida suele ser de unos ocho años.

Señales tempranas de Alzheimer
- Pérdidas de memoria relacionadas con información recién aprendida, repetir las mismas preguntas constantemente, pérdidas de memoria relacionadas con eventos familiares, no recordar donde han guardado un objeto, olvidar nombres de objetos cotidianos y renombrarlos de otra manera (ej.- “lápiz”, dirían “palito para escribir”), etc.
- Dificultad para planificar, resolver problemas o realizar actividades que antes les resultaban sencillas, como llevar las cuentas habituales del hogar o preparar recetas conocidas.
- Dificultad para realizar tareas habituales, como saber llegar a un lugar conocido, hacer la lista de la compra o recordar las reglas de un juego conocido.
- Confusión de tiempo y lugar. Pueden olvidar la fecha que es o no reconocer el lugar en el que están ni saber cómo han llegado allí.
- Pérdida de interés por relacionarse con familiares y amigos.
- Cambios de personalidad o de humor significativamente mayores a los que suelen ocurrir en el envejecimiento normal.
Aunque todos estos síntomas pueden observarse en personas con un envejecimiento normal, en los casos de Alzheimer son mucho más graves e incapacitantes.

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